Llamamos "Fascitis plantar" a la inflamación del tejido conjuntivo que va desde el hueso calcáneo hasta los dedos, denominado fascia.
La Fascitis Plantar es la inflamación de la fascia plantar que se produce por un aumento de la tensión en la misma. La fascia plantares una membrana muy potente de tejido conectivo que va desde el calcáneo a las cabezas de los metatarsianos; su función es amortiguar el impacto de caminar, saltar o correr.
El aumento de tensión se puede producir por varias causas. Una de las principales es una forma de pisar que no sea la correcta, por ejemplo cuando el pie se aplana demasiado (pies pronadores) o por el contrario, cuando tenemos un pie más cavo de lo normal (con una bóveda plantar aumentada). También puede generarse por una retracción de la musculatura posterior de la pierna, que provoca un aumento de la tensión de la fascia, ya que ambas estructuras están conectadas por una especie de sistema de poleas que es el sistema Aquileo-calcáneo-plantar.
El tipo de personas que padecen este problema son de mediana edad con sobrepeso, que habitualmente soportan tracciones superiores a la resistencia normal de la fascia. También jóvenes deportistas por traumatismos constantes como corredores, bailarines, saltadores, etc.
No hace falta estar muy activo para desarrollar una Fascitis Plantar, en ocasiones el sobrepeso y ciertos trabajos que implican largas estancias de pie y mujeres embarazadas, predisponen a esta dolencia.
El principal síntoma de la fascitis plantar es un dolor intenso en el talón al levantarnos por la mañana, ya que la fascia en reposo por la noche se hace más corta y tracciona al caminar, aumentando la tensión de ésta. Tras dar unos pasos la intensidad del dolor disminuye. En otras ocasiones, aparece dolor en el arco plantar y los pacientes sienten que la planta del pie les tira. Cuando avanza la fascitis puede doler en cualquier momento del día y ser limitante para la práctica deportiva.
El dolor es mecánico, puede ser unilateral o bilateral y hay que realizar un diagnóstico diferenciado con la inflamación de la almohadilla grasa (metatarsalgia) que tiene una clínica semejante a la fascitis.
La clave es disminuir la tensión que hay en la fascia plantar y no sólo centrarse en los síntomas. Se recomiendan plantillas personalizadas para poder dar soporte al arco plantar, disminuir la tensión de la fascia plantar, relajar la musculatura posterior de la pierna y amortiguar el talón. O, en su defecto, plantillas con descargas anti-impacto. Además, en la fase de más dolor recomendamos reposo, antiinflamatorios locales y tratamientos de fisioterapia con Pediroller para disminuir la inflamación de la fascia.
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